sábado, 25 de julio de 2009

Chupetes y televisores

Chupetes y televisores son objetos domésticos, más o menos cotidianos según las vicisitudes de cada uno.

Aparentemente no guardan relación si pensamos en ellos a bote pronto pero ¿y si lo viésemos desde la perspectiva de la dualidad sexual propia del ser humano?

Es decir, ¿y si nos referimos al hombre y a la mujer y a sus distintas formas de ver, sentir y afrontar las cosas?



Chupetes y televisores. Hombres y mujeres.

Partamos de la base, amigos, de que vamos a generalizar, a tomar las cosas con humor, sin transcendentalismos. Sólo nos mueve el afán de debatir de forma distendida y amena.

Para empezar, podríamos hablar de los mecanismos que nos mueve, a cada sexo, a actuar de una forma determinada, que no es más que el punto a partir del cual hemos sacado el lema de 'Chupetes y televisores'.

¿Por qué chupetes y televisores? ¿Quienes son unos y otros? Pues creo que la mayoría habrá acertado, ¿verdad?

Sí, mai frens, los chupetes somos los hombres y los televisores sois las mujeres.



¿Hay algo más simple que el mecanismo de un chupete? No me contestéis, probablemente lo 'haiga', pero ilustra perfectamente la idea que se pretende transmitir. Un chupete incluso te está diciendo lo que tantos hombres pedimos a nuestras parejas: cógenos y chupa hasta que te 'jartes'. Es más, como algunos progenitores hacen para que no llore su descendiente, mójame en azúcar, nocilla, nata montada, sirope de fresa o miel y ya verás como así me chupas y te gusta, cariño.

Y un televisor, uuufff!!! Requiere primero pagar por él una buena suma de money. Suele venir con un libro de instrucciones de bastantes páginas y, aunque algunos son más complejos que otros, hay que dedicarle un tiempo para instalarlo y así poder disfrutar de él. Y es arduo el esfuerzo porque la mayoría de los televisores que tenemos en casa son muy pesados y voluminosos.



Además, los televisores no pueden estar en cualquier sitio. No. Hay que ponerle al alcance lo que necesitan: hay que disponer de una red eléctrica para poder enchufarlo, hay que disponer de una instalación que capte la señal de televisión y una antena. Pero esto no acaba aquí: es que hay que sintonizar los canales. Y canales cada vez hay más! Ploriferan como moscas. Y sintonizarlos no es muy complicado pero memorizarlos cada uno en su canal... uf! Además, que cada televisor es de su papa y de su mama y no se hace igual la sintonización y la memorización de canales en uno y en otro. Total: un chou esperpéntico!



Cuando definitivamente tienes todas las cadenas de televisión sintonizadas, tienes que elegir qué canal quieres ver. Cuando lo has elegido, probablemente tendrás el problema de que no se ve bien ya que la antena no capta igual la señal de un canal y otro y tienes que ir moviendo la antena de acá para allá y acabas viendo el programa, el partido o la pinícula con los ojos guiñaos porque no has conseguido que se vea un carajo... Bueno pero es que tú sólo no sabes que puedes ver en la tele. La programación la van cambiando a diario. Sí, sí, como oyes! Tenes que buscar la programación en los periódicos o en el interneeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee pa saber qué hay en cada momento porque es que, no te lo pierdas, cada día echan una cosa distinta según la hora y el canal!



Increíble la complejidad, verdad? Bueno, pues ahí no queda la cosa: todavía hay que ajustar los parámetros adecuados de calidad de imagen y sonido: color, contraste, balance, agudos, graves,...

Sí que son complejos estos televisores!! Y cada canal tiene su propio teletexto, aunque ahí me río yo de los tilivisores! jeje! Porque vamos, el teletexto es como el internet pero to cuuutre, to pixelao... De pronto se ve bien, ahora faltan letras y aparecen caracteres to raros, como en chino [sin premio, por favor] y vamos que lo tienes que quitar de lo malo que es. Y es que el teletexto parece un ordenador del año 89 o 90. Una patata, vamos.

Los chupetes son muy sencillos. A saber: te los puedes llevar a donde quieras ya que funcionan en cualquier sitio. Y son tan ligeros que los llevas encima y, como dicen por ahí, ni lo notas, ni lo notan!

Son super-prácticos: te los compras y, ala! ya puedes cogerlos, llevártelos a la boca y a chuparlos todo cuanto quieras. Porque... tacháaaaan! No se gastan ni se estropean nuncaaa!! Hombre, como todo tienen su vida útil. No son eternos, copón pero, claro, los gastos de mantenimiento son nulos y los complementos que les puedes poner son escasísimos y baratiiiicos-baraticos. Vamos, que si le añades algo, será una cadenita con una pinza para que no se pierda... Totá: na!

¿Que se te ensucian? Buah! Pues los metes en un líquido de estos que venden en la farmacia por na y menos y, en un momentín-chiquitín-tontín, desinfectados.

Sin embargo los tilivisores son caríiiiiiiisimos! Un televisor en condiciones te vale el sueldo de un mes. Amos, no me fastidies. Además, son absurdos los precios porque cuanto menos televisor te llevas más tienes que pagar. Uno así de gordo no te vale absolutamente nada. Es más, se considera pasado de moda y suelen ser muy antiguos. Y sin embargo, uno así de finico es lo último, lo mejor en definición de imagen y calidad de sonido, a la vanguardia de la tecnología y te vale una paaaaaasta!! Y es no es na!! Tiene la anchura de una bagué! Y eso 'bagué' lo quiero!?



Vamos, es como si en un bar te vale la tapa 5 euros y la ración 3 euros y dices 'vale, ponme una tapa'. Pero coño! Si estás pagando más por menos cantidad! Pues eso, pero con los televisores.

Y es que, señoras y señores, es que la moda de modelos esqueléticas ha llegado hasta los televisores porque cuanto más finica mejor está considerado. Cuanto menos se ve, mejor se ve! Es absurdo!

Además, te pueden transmitir enfermedades ya que están llenos de pulgadas. Los hay que superan la centena de pulgas. Pulgadas lo llaman los entendidos.

Bueno, los gastos por mantenimiento y complementos son brutales. Complementos: que si el jom cinema, que si el deuvedel, que si la consola, que si el tedeté, que si el digital plus,... padre pía del apor herposo!! Y por cada cosa hay que pagar una mensualidad. Bueno y si te te estropean ya ni te digo. Que los llevas al ‘mecánico de tilivisores’ y te dice que más vale comprarte otro!



Los chupetes son súper sencillos y humildes. A ver, para elegir uno pues sólo tienes que debatir entre un color u otro. Vamos, lo más moderno es que tienen un diseño cómico humorístico para que cuando te lo pongas en la boca parezcas que estás sonriendo o que tienes un hermoso hocico perruno o gatuno. Quitando eso, no hay más dilema. Te lo compras en un plis-plás y son baraticos-baraticos.

Chupetes pa chupar, sencillos, baratos, los puedes mojar en dulces para que sepan mejor, de fácil y escaso mantenimiento y nunca se estropean. La antítesis: los televisores.

Mujeres y hombres. Hombres, mujeres. Tanto monta, monta tanto. Y tanto! Da un gustirrín tan adictivo...

Hasta otra.

Nos leemos con las pupilas.

2 comentarios:

humo dijo...

Mentira.
A mí los hombres me duran menos de lo que dura un chupete.
Y, si van de intelestuales, menos todavía.
Mañana me compro un chupete, y ya te contaré.

Luq+uVe: dijo...

¿Cómo que mentira? Eso no se dice, Humo, que queda mu feo! ;P
Los tíos somos chupetes desde el punto de vista de la complejidad psicológica, espiritual y corpórea.
Si te duran poco... A lo mejor/peor es porque no los mojas en chocolate o sirope de fresa... y por eso no te gustan! XD
Besosssss